El hecho de hacerse mayor, el madurar, supone despedirse de aquellos momentos, dejarlos en la memoria y recordarlos con dulzura...
Los días son fugaces, los años pasan velozmente...cambiamos, aprendemos, crecemos... y hay épocas como esta en las que el olor a lumbre al pasar por las calles de mi pueblo lo invade todo...en las que apetece juntarse de nuevo, aunque sea un par de horas...horas en las que cada vez son mayores las ausencias, en las que hemos pasado de ser "ciento y la madre" a ser "cuatro y el cabo" , en las que se intenta hablar de temas "inocuos" para no molestar a nadie...
Los niños de ahora son los hijos de los de entonces, los reproches de la abuelita y los padres son los mismos, las discusiones y el jaleo siguen siendo uno de los platos principales del menú, la lumbre ha dado paso a la calefacción central, las videoconsolas han relevado al tizoneo y el pavo está mas insípido...hemos dejado de escribir la carta a los Reyes Magos para hacer de ellos...
Mientras dejo a la nostalgia pasar un rato...mientras intento que en mi hoy haya tan buenos momentos como entonces, consciente de que "todo pasa y todo queda..." inevitablemente y casi sin quererlo, vuelvo la vista atrás...